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El activismo por los derechos de las mujeres en Estados Unidos en el siglo XIX: la Declaración de Sentimientos en Seneca Falls

Emma Cecilia Romero


Estados Unidos a mediados del siglo XIX era un país en construcción, el cual estaba reconfigurándose política, social, económica y geográficamente. Se encontraba dividido principalmente por dos modelos económicos y sociales: en el sur, la economía agrícola (principalmente de algodón) y esclavista, y en el norte, la economía crecientemente industrial cuya base fue el trabajo libre asalariado.(1)

Por otro lado, la formación de una identidad en Estados Unidos se componía por aspectos como la libertad religiosa, la doctrina liberal y una creciente importancia de la educación entre los ciudadanos.

Tradicionalmente, el papel de la mujer era de dependencia al hombre, sin embargo, en el siglo XIX la participación de las mujeres se dio en diferentes movimientos, como el de la abolición de la esclavitud y en el de la prohibición del alcohol. Por un lado, en el movimiento antiesclavista surgieron cuestionamientos sobre los derechos, la libertad, el sufragio, el cuerpo y la sexualidad, que sirvieron como conductores para la lucha por la igualdad y los derechos propios. Por el contrario, la lucha por la ley seca no causó el mismo efecto, pues para las mujeres que abogaban por esta, era más importante y necesaria que la del sufragio: “La búsqueda de la ley seca, como un movimiento promovido por la mujer, enfatizaba el servicio de ésta a los demás, mientras que el sufragismo aparecía como una actividad encaminada a la propia satisfacción.”(2) En realidad, el derecho al voto no fue prioritario en la mayoría de demandas de las activistas, la lucha más común era por mejores empleos y educación, leyes de propiedad, de divorcio, entre otros.(3)

Las aspiraciones de la época ─siguiendo el modelo de las clases altas y reforzado por la literatura dirigida al público femenino─ era que las mujeres se dedicaran exclusivamente al cuidado de su familia, pero para lograrlo era necesario tener una buena posición económica, de lo contrario tendrían que trabajar.(4)

La Declaración de Sentimientos de Seneca Falls es relevante, entre muchos otros aspectos, por la demanda del derecho al voto para las mujeres, sin embargo, María Estela Báez-Villaseñor señala que el movimiento sufragista en Estados Unidos no fue un “proceso uniforme”, es decir, las circunstancias en que se llevó a cabo variaron y el “éxito del activismo femenino no tuvo un amplio rango.” Además, señala como condiciones importantes para que se pudiera lograr el sufragio la colonización de territorio en el Oeste y la doctrina liberal, cuyo componente esencial es el valor de la igualdad, por lo que también influyó directamente en el pensamiento alrededor del movimiento antiesclavista.(5)

Para mediados del siglo XIX, en la mayoría de los casos, el sufragio representaba una petición en segundo plano, no tan importante a comparación de las demás necesidades de las mujeres. Báez señala que “El hecho de que Susan B. Anthony(6) y Eliizabet Cady Stanton provinieran de familias acomodadas, las descalificaba de alguna manera ante las mujeres que se veían obligadas a trabajar en las crecientes urbes industrializadas.”(7)

Es en este contexto que en 1848 cinco mujeres escriben y presentan su declaración de sentimientos en Seneca Falls, Nueva York.

La Declaración de Sentimientos

El 19 y 20 de julio de 1848 en Seneca Falls, ubicado en Nueva York, se llevó a cabo una convención para “discutir” los derechos y la emancipación de las mujeres en torno a nueve resoluciones escritas por Elizabeth Cady Stanton, Lucretia Mott, Martha C. Wright, Jane Hunt y Mary Ann McClintock.(8) Dicho documento, titulado Declaración de Sentimientos (Declaration of Sentiments), se basó en el discurso de la Declaración de Independencia de 1776 cuyas resoluciones eran libertad, igualdad y búsqueda de la felicidad como derechos inalienables de los hombres. De ahí se derivaron las exigencias de igualdad, pues las activistas expresaban que, tradicionalmente, los hombres las habían tratado como esclavas o como menores de edad.(9)

Las primeras ocho resoluciones de la Declaración de Sentimientos fueron redactadas entre todas las activistas antes mencionadas, no obstante, el último punto, referente al derecho de la mujer al voto, lo redactó Elizabeth C. Stanton; al principio no lo discutió ni consultó con sus compañeras, que le insistieron, al igual que su esposo Henry Stanton, que eliminara esa demanda, sin embargo no la convencieron y se discutieron los nueve puntos en la reunión de Seneca Falls, que fue moderada por James Mott y a la que asistieron mujeres y hombres, entre los que se encontraba el afrodescendiente y abolicionista Frederick Douglas quien apoyó las ideas de Stanton. Finalmente, se reconoció y firmó (por 68 mujeres y 32 hombres) el derecho de la mujer al sufragio.(10)

La Declaración de Sentimientos comienza con la denuncia del sometimiento y las injusticias que habían sufrido las mujeres por parte de los hombres, como negarles el derecho a la participación política, el no tener derechos sobre sus propiedades, el ser dependientes jurídicamente de sus esposos, y la falta de oportunidades justas en la educación y en los empleos. Además, hacen un reclamo a la Iglesia y al Estado por su doble moral, pues sí podían pertenecer a estas instituciones pero siempre subordinadas, sin derecho a una participación activa y pública. Entre las resoluciones se resuelve principalmente que las legislaciones tienen la obligación de no ser contrarias a la felicidad de la mujer; que las mujeres son iguales a los hombres, en derechos y responsabilidades, en lo privado y en lo público.(11)

Otra de las razones por la cual es relevante este documento es porque, aunque el derecho de la mujer al voto en Estados Unidos se logró hasta 1920, Seneca Falls fue la primera reunión de mujeres para discutir sus propios “intereses” y “un momento fundacional del feminismo como movimiento colectivo emancipatorio.”(12)

Autoras

Elizabeth Cady Stanton nació en 1815, en Johnstown, Nueva York y es conocida por ser una activista por los derechos de las mujeres, en especial por la lucha por el sufragio femenino. Su familia era de clase alta, antiesclavista y su padre fue un renombrado abogado con el que recibió educación, aunque no formal, en cuanto a leyes. Por otro lado, asistió a Johnson Academy y Troy Female Seminary en Nueva York. En 1840, Elizabeth se casó con el también antiesclavista Henry Stanton. Durante su luna de miel en Londres, en una convención antiesclavista conoció a Lucretia Mott, con la que compartió el enojo e indignación cuando no las dejaron participar en el evento debido a su género. A partir de este suceso se convirtieron en amigas.(13)

Stanton recibió formación liberal y antiesclavista, pero fue una figura controversial pues, por un lado, siempre se mostró crítica ante instituciones que perpetuaran o facilitaran la opresión femenina, tales como la religión o el matrimonio, sin embargo, mostró posturas “elitistas” y “racistas” desde que se cedió el voto a los afroamericanos pero a las mujeres no. Escribió History of Woman Suffragery y siguió luchando por la igualdad entre hombres y mujeres y por el sufragio hasta su muerte en 1902.(14)

Macón expone que además de sus ideas de corte liberal, los argumentos de Stanton son de carácter afectivo: “al justificar sus intervenciones señala que el motor de la acción política –cuyo horizonte es la igualdad y la libertad– es la indignación” y otros sentimientos como la ira y la depresión. Es decir, integra la subjetividad a la lucha.(15)

Lucretia Mott nació en Massachusetts en 1793 y fue educada en la doctrina cuáquera. Su padre fue un comerciante a cuya muerte dejó endeudada a la familia, por lo que Lucretia, junto a su esposo James Mott y su madre, trabajaron para recuperarse económicamente. Lucretia y James Mott participaron activamente en el movimiento antiesclavista; de hecho fue cofundadora de la Sociedad Femenina de Lucha contra la Esclavitud de Filadelfia en 1833.(16) Fue una ágil oradora y también, al igual que Stanton, Mott distingue por el uso de afectos en su discurso político, a pesar de que en ocasiones no cuestionó los sentimientos estereotípicamente asociados a las mujeres.(17) Además, su educación cuáquera también derivó en la idea de la hermandad y amistad entre mujeres.

Mott fue ministra cuáquera y gracias a esta formación, siguió su convicción de que todos son iguales ante Dios, todos: hombres y mujeres. Esto también influyó en sus ideales abolicionistas. Cabe señalar que Mott pertenecía a un grupo de cuáqueros disidentes y rurales llamados Hicksites, estos se opusieron a las reformas de la ortodoxia cuáquera inglesa que en 1827 reformó la religión para hacerla más conservadora y jerárquica. Cecilia Macón señala que Mott “veía la lucha por los derechos de las mujeres como un contexto humanitario que incluía el abolicionismos, el pacifismo, la temperancia y la reforma religiosa”.(18)



Referencias

(1) Luis René Fernández Tabío, “La guerra civil en los Estados Unidos: Una aproximación a su contexto y repercusiones económicas”, en Huellas de Estados Unidos, p. 15.
(2) Carl N. Degler, citado en María Estela Báez-Villaseñor, “Un largo camino: la lucha por el sufragio femenino es Estados Unidos”, en Signos Históricos, p. 95.
(3) Ibidem, pp.94-96.
(4) Ibidem, p. 7.
(5) Ibidem, pp. 89-90.
(6) Aunque Susan B. Anthony no participó en Seneca Falls fue una importante activista por el sufragio femenino y amiga cercana de Stanton.
(7) Báez-Villaseñor, op. cit., p. 98.
(8) Comentario de Barbara M. Solomon en Declaración de sentimientos y resoluciones de Seneca Falls. 1848, pp. 291-292.
(9) Cecilia Macón, “La Declaración de los sentimientos de 1848. Ciudadanía, afecto y rebelión”, en Cuadernos de filosofía, p. 130, 135-137.
(10) Barbara M. Salomon, “Comentario”, en Declaración de Sentimientos, p. 292.
(11) Ibidem, pp. 294-295.
(12) Cecilia Macón, op. cit., p. 130.
(13) Debra Michals, “Elizabeth Cady Stanton” en National Women’s History Museum (en línea), https://www.womenshistory.org/education-resources/biographies/elizabeth-cady-stanton (Consulta: 3 de junio de 2019).
(14) Cecilia Macón, op. cit., p. 139.
(15) Ibidem, p. 139-141.
(16) Debra Michals, “Lucretia Mott”, en National Women’s History Museum (en línea), https://www.womenshistory.org/education-resources/biographies/lucretia-mott (Consulta: 3 de junio de 2019).
(17) Cecilia Macón, op. cit., p. 143.
(18) Ibidem, p. 142.



Obras consultadas

BÁEZ-VILLASEÑOR, María Estela, “Un largo camino: la lucha por el sufragio femenino es Estados Unidos”, en Signos Históricos, núm. 24, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, Distrito Federal, México, julio-diciembre 2010, pp. 88-119.

FERNÁNDEZ Tabío, Luis René, “La guerra civil en los Estados Unidos: Una aproximación a su contexto y repercusiones económicas”, en Huellas de Estados Unidos, núm. 10, Argentina, abril 2016, pp. 14-26.

MACÓN, Cecilia, “La Declaración de los sentimientos de 1848. Ciudadanía, afecto y rebelión”, en Cuadernos de filosofía, núm. 69, Buenos Aires Argentina, julio-dic. 2017, pp.129-154.

MICHALS, Debra, “Elizabeth Cady Stanton” en National Women’s History Museum (en línea), 2017, https://www.womenshistory.org/education-resources/biographies/elizabeth-cady-stanton

MICHALS, Debra, “Lucretia Mott”, en National Women’s History Museum (en línea), 2017, https://www.womenshistory.org/education-resources/biographies/lucretia-mott

STANTON, Elizabeth Cady; Mott, Lucretia; Wright, Martha C.; Hunt, Jane; McClintock, Mary Ann, Declaración de sentimientos y resoluciones de Seneca Falls. 1848, comentado por Barbara M. Solomon.

IMAGEN: De USCapitol - Portrait Monument to Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stanton and Susan B. Anthony, 14 de noviembre de 2011, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21977584, File:Flickr.