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“La democracia paritaria de las mujeres en México”

Mtra. Ariadna Otaiti Suárez


Foto: Grecia Jiménez

El Instituto Nacional Electoral cuestiona “la paridad de género”:

“¿Para qué? Para lograr una sociedad democrática con una amplia participación ciudadana, donde mujeres y hombres puedan decidir sobre su vida dentro de un estado de derecho, con instituciones que integren transversalmente el enfoque de género en sus políticas” en

Foro Impacto y Prospectivas

En un breve recuento de las iniciativas electorales para las candidaturas a puestos de elección popular en 1996 los representantes legislativos sugerían que ningún género rebasara la fórmula 70-30; para 2008 se buscó remontar la fórmula 60-40 y fue hasta 2014 que se alcanzó la paridad 50-50 que pretende dar la igualdad de oportunidades, de acceso a las oportunidades y la igualdad de acceso a los resultados a ambos géneros, priorizando a las mujeres.

Estas iniciativas paritarias se inscriben en las políticas internacionales derivadas de la reunión de Grecia en 1992 y el documento “La declaración de Atenas” donde el término de democracia paritaria priorizó las políticas públicas que reforzaron la presencia de las mujeres en los puestas de elección popular, lo que hizo posible “la ampliación del estatuto de ciudadanía plena de las mujeres que se convirtió en el nuevo paradigma de comunidad política, como la meta a alcanzar”.

Desde entonces el ejemplo europeo ha mantenido en las luchas feministas mexicanas la acción positiva en su agencia de la cuota como medida compensatoria que se ha extendido en “el ámbito internacional, fundamentalmente, para equilibrar los parlamentos o las asambleas legislativas, siendo menos frecuente en ámbitos empresariales, laborales, la administración pública o impartición de justicia (UNPD, 2012;IDEA-Internacional, 2013, citado en Peña Molina: “La paridad de género: eje de la Reforma Político-Electoral en México, Revista Mexicana de Estudios Electorales, 2014, p.35)

Al ser obligatorio el cumplimiento de la paridad en las candidaturas para integrar las cámaras de diputados y senadores y de congresos locales, no se incluyeron las alcaldías y ayuntamientos municipales.

Sin embargo la actual Legislatura ya ha hecho realidad jurídica la lucha de las feministas políticas y desde 2018 se hicieron dictámenes que se pusieron a consideración de las Cámaras alta y baja para extender los beneficios de la paridad de género a las instancias del poder legislativo y judicial, dándose la apertura desde este año de 2019 para que se abran las oportunidades de la acción positiva de la paridad de género que privilegia el acceso de las mujeres en estos ámbitos del poder para que se acceda también a los puestos públicos con apego a la equidad de género, rompiendo el imagianrio de los techos de cristal, el piso lodoso y las paredes de cemento que limitan la movilidad social y política de las mujeres. Las acciones de las mujeres han sido paulatinas, pero firmes y constantes y hasta ahora muy exitosas, al lograr transformaciones fundamentales en los cambios constitucionales y leyes reglamentarias vigentes.