FFyL UNAM  Género y Tiempo  Video
 Inicio  QuieneSomos  Publicaciones  Eventos  Historias  Directorio

Imagen: Stock Photo


Mi experiencia en la pandemia
Anónimo

Para ser sincera, me costó trabajo empezar a escribir este ensayo; no solo por el poco tiempo libre que tengo últimamente, sino porque no sabía ni cómo empezar.

   Recuerdo que hace un año me sentía muy deprimida, lloraba por cualquier cosa, hasta por cosas que parecen insignificantes, tenía mucha ansiedad todo el tiempo y no quería hacer nada. Mi familia y mis amigos me recomendaron ir con un psicólogo o psiquiatra, pero yo estuve posponiéndolo. Las medidas de distanciamiento por la COVID estaban por empezar y yo pensé que en el encierro me la pasaría terrible, que los síntomas iban a empeorar. Pero afortunadamente no fue así, tal vez el encierro me obligó a pensarme y a realizar los pendientes que tenía; comencé a hacer ejercicio (bajé 6 kilos), dejé de fumar, sembré plantitas, retomé lecturas que había dejado a medias, aprendí a bordar, a dibujar con acuarelas y a hacer cerámica en frío. Además, mi papá tuvo un proyecto de trabajo en el que pude colaborar durante varios meses.

   La relación y dinámica con mi familia nuclear no ha cambiado mucho pues, desde que soy pequeña, mi papá trabaja desde casa. Además, el paro de la facultad que comenzó en el 2019, nos preparó a mi hermana y a mí para compartir espacios de trabajo. Eso sí, tuvimos que aprender a ser más organizados en cuanto al uso de la computadora, con los quehaceres de la casa y también con las salidas a hacer compras de víveres. Normalmente nos llevamos bien, aunque claro, no han faltado las peleas. Supongo que todos tenemos la conciencia de que estar enojados hace mucho más pesada la convivencia y por eso todos nos volvimos un poquito más tolerantes con los demás.

   En cuanto a mis amigos, hablo por teléfono con ellos o a veces hacemos videollamada, pero de todos modos los extraño muchísimo, estaba acostumbrada a verlos seguido. También extraño mucho ir al cine y a bailar.

   Como todos, conozco casos de personas que fallecieron por la COVID, entre familiares y conocidos, pero afortunadamente mis seres queridos y más cercanos no se han enfermado, o al menos no de gravedad.

   Otra cosa que he aprendido durante este año, ha sido a ser paciente y no tan juzgona; a veces me enoja mucho, y también me da un poco de envidia, ver en Facebook o Instagram como muchas personas viajan y van a fiestas y hacen su vida normal. También me hace enojar muchísimo la gente que comparte noticias falsas y le echa la culpa de la enfermedad a AMLO y a López-Gatell. Por eso últimamente trato de que no me importe, pienso que no es mi problema, o al menos no es algo que pueda solucionar yo, y que debo ser más tolerante.

   Últimamente las cosas se complicaron un poco pues mi abuelo de 88 años se cayó y se rompió el pie, por lo que está viviendo con nosotros. La casa es pequeña pero le acomodamos una cama en la sala. El cuidado de un adulto mayor es bastante demandante y estamos cansados y preocupados por él. Pero bueno, cuando me siento triste, demasiado cansada, ansiosa o muy asustada por el futuro, también me da culpa, porque soy consciente que hay muchísima gente que está sufriendo por falta de trabajo o porque sus familiares se enfermaron. Así que solo queda seguirse cuidando y tener mucha, pero mucha paciencia.